Lo que se juega en Venezuela en la toma de posesión de Maduro
Por Stephanie Weatherbee Brito y Vivian Neves Fernandes*, publicado en Peoples Dispatch.
El próximo 10 de enero, Venezuela vivirá un evento crucial: la toma de posesión de Nicolás Maduro como presidente, tras haber sido reelegido con alrededor 52% de los votos el pasado 28 de julio. Este acto no solo marca la continuidad de la Revolución Bolivariana, sino que refleja el compromiso del pueblo venezolano con la construcción de un modelo socialista y en resistencia a las agresiones del imperialismo estadounidense y las élites oligárquicas.
Los sectores reaccionarios venezolanos, apoyados por los EE.UU. y sus aliados, han intentado desestabilizar el país en múltiples ocasiones y una vez más ahora, con el candidato derrotado Edmundo González autoproclamandose vencedor y declarando que va a asumir como presidente el próximo día 10. También convocan actos opositores y de violencia en las calles e incluso llaman a sectores de las fuerzas armadas a rebelarse (lo que fue prontamente rechazado).
Como lo viene haciendo a lo largo de los últimos 25 años, desde el triunfo del comandante Hugo Chávez, la derecha y la ultraderecha, hoy lideradas por González y la ex-diputada y representante de la oligarquía local Maria Corina Machado, buscan fomentar violencia y caos, promoviendo un escenario para intentos de intervención extranjera (léase estadounidense).
Sin embargo, el valiente pueblo venezolano y sus instituciones han resistido con firmeza, defendiendo su soberanía y democracia. Venezuela tampoco está sola, alrededor del mundo, los pueblos y las organizaciones sociales, movimientos populares, partidos políticos y sindicatos apoyan y se solidarizan con la Revolución Bolivariana. El próximo día 10 es una vez más fundamental que a nivel global demostremos nuestra solidaridad y admiración hacia el pueblo venezolano a través de mensajes en las redes sociales y de declaraciones públicas desde nuestras organizaciones y movimientos.
Nicolás Maduro greets thousands of supporters outside of MIraflores Palace on July 28. Photo: Zoe Alexandra
Ataques de la ultraderecha y del imperialismo estadounidense
La resistencia venezolana se da en un contexto de agresiones constantes por parte de Estados Unidos y sus aliados. Las más de 950 sanciones ilegales impuestas contra el país han reducido los ingresos nacionales drásticamente, causando un impacto devastador en áreas clave como la salud, la educación y los servicios públicos. Estas medidas buscan debilitar la Revolución Bolivariana, generar desesperación en la población y fomentar un cambio de régimen favorable a los intereses imperialistas.
Lo que sucede ahora en Venezuela no ocurre por primera vez. No nos olvidemos del episodio de las elecciones de 2013, cuando Henrique Capriles denunció fraude electoral, buscó deslegitimar los resultados y convocó actos de violencia generalizada, conocidos como “guarimbas”. También impresionante fue la autoproclamación como presidente de la República de Juan Guaidó, en 2019, cuando asumió la presidencia de la Asamblea Nacional (que en aquél momento estaba todavía en desacato), siguiendo los dictámenes de los EE.UU., que aprovechó para aplicar aún más sanciones que provocaron pérdidas de mil millones de dólares por el país y una situación vergonzosa para aquellos países y líderes que reconoceron el títere Guaidó y su “gobierno fantasía”.
A las agresiones económicas se suma el apoyo directo del imperialismo estadounidense a sectores oligárquicos y ultraderechistas dentro de Venezuela. Estos grupos no solo han promovido campañas de desinformación para criminalizar al chavismo, sino que también han recurrido a la violencia física, incluyendo intentos de golpe de Estado y actos de sabotaje económico. A pesar de ello, la economía venezolana ha mostrado señales de recuperación, con un crecimiento proyectado del 6,2% en 2024, según la Cepal, gracias a políticas de autosuficiencia y diversificación productiva impulsadas por el gobierno.
Venezuela y su lugar en la lucha por el socialismo
Desde el inicio de la Revolución Bolivariana, Venezuela ha sido un referente para el movimiento popular en América Latina y el mundo. El proyecto iniciado por Hugo Chávez no solo desafió las estructuras de dominación económica y política globales, sino que ofreció un camino alternativo basado en la soberanía, la justicia social y la democracia popular y protagónica. En un contexto internacional dominado por un capitalismo depredador, Venezuela ha demostrado que es posible construir un modelo diferente, centrado en el bienestar del pueblo, articulación regional y en la cooperación entre naciones.
El Plan de la Patria (programa de gobierno construido a través de asambleas populares en todo el país), iniciado por Chávez y liderado actualmente por Maduro, consolida estos ideales al profundizar el socialismo territorial desde las comunas. Este enfoque no solo busca reorganizar la economía en torno a principios de autogestión y propiedad social, sino que también fortalece la participación del pueblo en la planificación y ejecución de políticas públicas. Las comunas, como núcleo del poder popular, son el motor para la construcción de una economía soberana y solidaria, evidenciando que el socialismo venezolano sigue innovando en su proceso transformador.
El respaldo popular a Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana
Uno de los pilares fundamentales de la Revolución Bolivariana es el apoyo masivo de las bases populares y del movimiento social organizado. En los últimos 25 años, Venezuela ha realizado 30 procesos electorales, en los cuales el chavismo ha salido victorioso en la mayoría, pero también contabilizó algunas derrotas. La última elección, la presidencial del 28 de julio de 2024, más de 6.4 millones de venezolanos ratificaron su respaldo a Maduro en las urnas, a pesar de los intentos de la oposición por deslegitimar el proceso electoral.
Desde entonces, el pueblo ha continuado movilizándose en defensa del proyecto revolucionario. En numerosas marchas y concentraciones, los venezolanos han dejado claro que el chavismo sigue siendo una fuerza política viva y activa. Estas movilizaciones no solo son una respuesta a las agresiones externas, sino también una reafirmación del compromiso colectivo con la Revolución Bolivariana.
En esta etapa, Maduro ha sido enfático en la necesidad de realizar cambios profundos en la gestión pública y en la lucha contra la corrupción. Ha priorizado el fortalecimiento de las comunas y ha promovido un modelo económico centrado en la autosuficiencia y la soberanía. Estos esfuerzos han comenzado a dar frutos, con una economía que muestra signos de recuperación y una creciente confianza en las capacidades del pueblo para gestionar su destino.
El próximo 10 de enero, las calles de Venezuela estarán llenas de hombres y mujeres comprometidos con la defensa de su soberanía y con la continuidad de la Revolución Bolivariana. En definitiva, lo que se juega en Venezuela es mucho más que una presidencia: es el futuro de un proyecto revolucionario que continúa siendo faro de dignidad, justicia social y esperanza para los pueblos del mundo.
*Stephanie Weatherbee Brito es coordinadora de la Secretaría Operativa Internacional y Vivian Neves Fernandes es coordinadora del Equipo de Comunicación de la la AIP.