Por una Siria pacífica, soberana y democrática

Las devastadoras masacres sectarias en la costa de Siria que tuvieron lugar la semana pasada han conmocionado al mundo, demostrando la urgente necesidad de una Siria pacífica, soberana y democrática, libre de injerencias y ocupación extranjeras.

Tras la caída del régimen de Bashar al-Assad, Hay’at Tahrir al-Sham (HTS) y las facciones yihadistas aliadas, apoyadas por potencias extranjeras como Turquía y Estados Unidos, han intentado imponer un control centralizado sobre Siria, pero sus esfuerzos distan mucho de haberse completado. La nación sigue fracturada, con milicias que controlan franjas de territorio y potencias extranjeras que afirman su influencia en regiones clave. Una vez más, la intervención, la provocación y el belicismo occidentales han sumido a Siria en una inseguridad y una violencia prolongadas, que repiten las pautas destructivas de Libia e Irak. Mientras tanto, los intereses de Israel en Siria complican aún más la situación, con su agenda sionista encaminada a controlar amplias zonas del país, intensificar la división sectaria y desestabilizar cualquier forma de gobierno central que pudiera suponer una amenaza para su dominio.

La caída de Assad no ha dado lugar a un proceso de unificación de Siria, ya que el HTS persigue este proyecto mediante la eliminación de los grupos minoritarios y las fuerzas de la oposición. Las declaraciones sectarias de las milicias del HTS y el asalto a la población alauita han provocado protestas y levantamientos en bastiones alauitas donde tanto civiles como antiguos soldados del régimen han comenzado a resistir. En respuesta, el gobierno ha lanzado brutales ofensivas que han causado devastadoras víctimas civiles. Esta crisis en curso ha encendido acalorados debates entre las fuerzas progresistas, que exigen un gobierno popular, laico y no sectario para preservar la integridad territorial de Siria y protegerla de la influencia yihadista. Es imposible imaginar una Siria estable y pacífica bajo el gobierno del HTS si la limpieza étnica y la erradicación de los grupos minoritarios se consideran el camino a seguir.

A la luz de estas condiciones y acontecimientos,

La AIP condena enérgicamente las recientes y brutales masacres sectarias a lo largo de la costa siria, que han provocado la pérdida de cientos de vidas inocentes.

La AIP se opone firmemente a los proyectos de partición y dominación en la región, en particular al proyecto sionista de ocupación y división.

La AIP se solidariza con el pueblo sirio en su búsqueda de libertad, dignidad, unidad, progreso y prosperidad. Apoya a las fuerzas laicas y democráticas de Siria.

La AIP pide campañas de solidaridad popular con el pueblo sirio y su derecho a resistir la ocupación sionista de su tierra por todos los medios disponibles.

La AIP defiende la integridad territorial de Siria y la unidad de su pueblo, con toda su diversidad.