Declaración sobre la evolución de la situación en Sudán

La situación en Sudán entró en un peligroso punto de inflexión desde la madrugada del 15 de abril, con el estallido de un conflicto armado entre los dos polos de poder actuales, las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). El conflicto armado es la culminación de un proceso de conflicto abierto y oculto apoyado por las clases locales y los círculos políticos más reaccionarios y las alianzas regionales corruptas.

A pesar del despertar del pueblo sudanés y de sus fuerzas revolucionarias con capacidad para seguir trabajando sobre el terreno y formular posiciones y visiones más leales a la revolución, el dominio del campo contrarrevolucionario, liderado por el estamento militar, que fue la herramienta de Al-Bashir y de todos los regímenes reaccionarios que le precedieron, sigue privando a la revolución de avanzar y liberar al pueblo, privando al pueblo de la democracia y de la construcción de un Estado civil. Sólo el laicismo es capaz de unir Sudán y sus múltiples componentes. Los partidos y organizaciones abajo firmantes seguimos con gran preocupación los acontecimientos en Sudán y declaramos lo siguiente:

• Condenamos este giro violento y terrorista en el que el pueblo sudanés no tiene ningún interés, y pedimos el cese inmediato del ruido de las balas, el regreso del ejército a sus cuarteles y la disolución de todas las milicias, incluidas las bandas de Janjaweed denominadas Fuerzas de Apoyo Rápido. Sus manos están manchadas con la sangre de personas indefensas e inocentes, especialmente en la región de Darfur.

• Afirmamos nuestra simpatía y nuestro apoyo incondicional y de principios al hermano pueblo sudanés en esta difícil circunstancia, así como renovamos nuestra convicción en la capacidad de este gran pueblo de no permitir que sus enemigos le castiguen por su gloriosa revolución.

• Renovamos nuestro apoyo a las fuerzas revolucionarias de Sudán, dirigidas por el Partido Comunista Sudanés, que ha seguido siendo una expresión auténtica de la posición revolucionaria coherente y cuyos acontecimientos, incluido el conflicto armado, han confirmado la corrección de sus posiciones.

• Llamamos a todas las fuerzas progresistas de la región y del mundo a reforzar el apoyo al pueblo sudanés y a su revolución, y a hacer frente a todas las formas de injerencia regional e internacional que pretenden interrumpir el proceso revolucionario y frenarlo, como en el resto de las revoluciones árabes, para mantener el control sobre la región y sus capacidades.